También conocido como madera sagrada o Brusera Graveolena es una planta que crece en los bosques secos de Piura en Perú, su madera se caracteriza por tener un intenso aroma con un toque cítrico, esto debido a la presencia de limoneno, una sustancia natural que se extrae de la cascara de los cítricos aportando dicho aroma, el cual al quemarse ayuda a la sensación de armonía, paz y tranquilidad.
Sin embargo, lo que caracteriza al Palo Santo es que sus propiedades empiezan a aparecer cuando el árbol se seca y muere. Esto debido a la cantidad de resina que acumula el árbol de palo santo durante todo su ciclo de vida, esto contribuye a su sostenibilidad y evita su deforestación pues el aroma de la madera de un árbol que no cumplió su ciclo no desprende el mismo aroma.
En Perú, antiguos relatos narran como los incas lo empleaban en rituales para conectar de forma espiritual con los antepasados, atraer la buena suerte, alejar las maldiciones y energías negativas. Creencias y costumbres que perduran en la actualidad.
Su aroma se características por ser dulce, profundo y con un añejado cítrico que inunda los espacios en el que es liberado adueñándose de estos.

¿Cómo usarlo?
La forma tradicional de emplear el palo santo es prendiendo un retazo de la madera sagrada posicionando la madera en un ángulo de inclinación de 45 grados (con las debidas precauciones) y una vez que el humo negro se torne blanco sacudimos el retazo hasta que la flama se extinga y lo esparcimos por las estancias que queremos limpiar y llenar de buena energía.
Debemos tener en cuenta que la madera de palo santo es resistente y tardará unos segundos en arder. Es normal tener que re encender de vez en cuando el tronco si llegase a apagarse, puedes volver a prenderlo y continuar eliminando energías negativas. Si quieres que el palo santo actúe sobre ti, sostenlo en tu mano y recorre con él tu propio cuerpo manteniendo la necesaria distancia para no quemarte.
